Hoy he podido escuchar y ver en diversos medios de comunicación el anuncio de que la NASA realizaba el lanzamiento de su última misión espacial, Deep Impact, que transportará una nave cuya misión será estreyarse con el cometa Tempel 1 a una velocidad de nada menos que 37.000 km/h. El aplastante suceso ocurrirá el 4 de Julio del presente año, a una distancia 431 millones de kilómetros, un poco lejos para que cierto país pueda usar la explosión como si de fuegos artificiales se tratasen para celebrar la fiesta nacional que acontece el mismo día.

Según la NASA, esta misión despierta el interés científico ya que se supone que el cometa está compuesto por los materiales primigéneos que formaban el sistema solar, por lo que se desvelarían muchos secretos aún por descubrir. Si a esto le añadimos que no se sabe si el cometa quedará totalmente destruido a causa del impacto, o si únicamente se creará un pequeño cráter del tamaño de un campo de fútbol y de unos 10 pisos de altura, obtenemos lo que puede ser una de las experiencias científico-espaciales más populares del año que comienza.

La inquietud surge cuando uno comienza a darle vueltas a unas cuantas ideas …

Una misión de este tipo debe ser, y realmente lo es, un poco cara de subvencionar, por lo que para que haya sido agraciada con tal cantidad de dinero, debe ser debidamente justificado el por qué es necesario realizar dicha inversión. Así pues, si yo fuera el inversor, y vinieran una serie de científicos a pedirme dinero para estrellar una nave contra un cometa para descubrir de qué esta compuesto, pero que cabe la posibilidad de que al chocar nos carguemos al susodicho cometa y que, por lo tanto, no se pueda realizar el estudio, pues como que tendría muy claro lo que tendría que hacer: Señores, estrellen sus vehículos contra la Casa Blanca para intentar descubrir lo que hay dentro de ella (por ejemplo).

Ahora hablando en serio, huele un poco raro que se le dé tanto revuelo a una misión tan «pobre» como la Deep Impact. Además curioso nombre el asignado, referente a una película en la que un cometa se estrella contra la Tierra. Parece como si hubieran querido acallar las posibles ideas catastróficas ironizando precisamente sobre ellas. Y es que, a mi parecer, la NASA ha puesto dicho nombre a la misión, por no poner el nombre de la otra película de cometas protagonizada por Bruce Willis, Armageddon, con lo que más que apaciguar a las masas, lo que haría sería cundir el pánico por la posible asociación de objetivos entre la misión y la película mencionada, es decir, el destruir o desviar un cometa en dirección hacia la Tierra.

Por otro lado, me consuela (o al menos eso el lo que deseo), pensar que existen diversos laboratorios independientes de la NASA que podrían realizar los cálculos para descartar o confirmar el posible destino terrestre del cometa Tempel 1, por lo que, en caso de que nos fuera ha realizar una visita demasiado cercana, supongo que se correría la voz como si de una mecha se tratase.

Bueno, pues como toda buena teoría conspiracionista, no se puede ni afirmar ni desmentir que lo dicho sea así, ya que tan lógico es pensar lo uno como lo otro. Así que cada cual saque sus propias conclusiones.