¡30 minutos! Eso es exactamente lo que he tardado en instalar Ubuntu con incluso más funcionalidades de las que tenía en mi Debian. ¿Por qué este cambio? Bueno, supongo que la edad tendrá algo que ver y uno ya no tiene tanta paciencia como antes. Y es que en mi humilde opinión, disponer de un sistema Debian con todo correctamente configurado, resulta una tarea tremendamente tediosa, además de que si deseas estar un poco al día con los programas que tienes instalados, te implica estar en una versión testing o unstable de Debian, con el riesgo que ello conlleva.