La verdad es que ni yo mismo lo sé. Si por lógica fuera, ya haría un tiempo que estaría trabajando con otra distribución más simple y en la que la configuración de los dispositivos no ocupase varios días, realizando cientos de búsquedas por Internet y leyendo varios foros.

Pero la realidad es que aquí sigo, peleando con el apt-get y actualizando contra la versión unstable de esta distribución.


Debian

Y tampoco será por falta de alternativas: he probado OpenSuse, Gentoo, Ubuntu, y pese a tener muchas ventajas sobre Debian, les faltaba algo… Puede que sea esa sensación de control y orden, o bien un cariño adquirido durante nuestras largas horas de pelea, pero la verdad es que por más que lo intento no soy capaz de dejarla.

¿Os pasa esto también a vosotros?